Niños-jugando

Estos días, y como no desde hace unos meses ya que así la publicidad nos taladra, es la hora de pensar que juguetes o juegos debemos de escoger y comprar a nuestros hijos, porque se acerca el tiempo de la ilusión, de la magia, o sea, se acerca la “Navidad”. Soy madre de tres niñas y tía de dos niños, con lo cual es el momento de exprimir mi cerebro al máximo para poder dar con los juguetes o juegos que se acerquen a las expectativas de mis hijas y de mis sobrinos, y no salgan de las mías.

Los juguetes existen desde hace millones de años y son producto de las circunstancias socio-culturales de los pueblos. Los juguetes posibilitan la creatividad infantil de manera amplia, permitiéndoles mayores condiciones para la vivencia de sus espacios afectivos, sociales y psíquicos, por lo que es importantísimo para un buen desarrollo infantil. Jugar es una actividad necesaria, placentera, mágica y divertida, pero además le podemos sumar como se adquieren valores educativos y didácticos, emoción al aprendizaje de la vida, el funcionamiento de las cosas que le rodean  y cómo llevarse bien con los demás, por lo tanto al jugar el niñ@ aprenderá con más facilidad nuevos conceptos y habilidades.

La versatilidad del juguete consiste en la apropiación que el niñ@ pueda hacer de él, convirtiéndose el juguete en un posibilitador de sueños y de los más profundos deseos de quien juega con él. También es importante tener presente a la hora de escoger un juguete o juego en su propuesta del conocimiento y lo que se quiere transmitir, y si dentro de esa propuesta el niñ@ es una figura pasiva o activa dentro de esa transmisión, ya que la adquisición del conocimiento “siempre” se hace de manera activa, y nunca de manera pasiva como simples robots, como en mucha publicidad engañosa nos quieren vender a los papas y mamas.

Los juguetes que fomentan la creatividad y la imaginación en los niñ@s, por lo general, son los que se utilizan una y otra vez, ya que estimulan la imaginación y el entusiasmo del pequeño, enriqueciendo el escenario del juego, favoreciendo así la interacción. Una característica del juguete es que este crece con los niñ@s y lo hace de manera distinta para cada uno de ellos. De todas las formas, cuando escojamos un juguete debemos de presta atención a la edad para la cual se recomienda, y que estos vayan a la par con los intereses y el nivel de desarrollo del niño. El juguete adecuado en el momento adecuado enriquecerá la experiencia de juego del niño y sentará las bases de su aprendizaje.

Lo que debemos tener en cuenta, tal como dice el pediatra Carlos González, los niños de 2 a 4 años no piden juguetes, solo piden la presencia de los padres y su cariño, un niño de dos años no pide que le compres algo, ni se le puede sobornar con algo, solo pide que estés con él. Un buen juguete puede tanto unir en el juego a los padres con sus hijos, así como un mal juguete o una mala utilidad de un juguete puede hacer que el niñ@ se sienta solo o desplazado de sus padres.

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