Hoy os voy a escribir unos apuntes sobre un libro que pienso que es fantástico “Un mundo feliz” de A. Huxley. Los civilizados son una sociedad dirigida y manipulada por unos supervisores los cuales marcan unas rutinas y actividades diarias que se realizan dentro de la institución y que están estrictamente programadas y organizadas. Esta sociedad está dividida en grupos (Alfas, Betas, Gammas, Deltas e Epsilones) los cuales viven aislados entre si, cada grupo tiene un colectivo de personas que siempre hacen la misma función dentro de esta sociedad. En todos los grupos reina la colectividad ya que la individualidad y “el yo” es inexistente y, por lo tanto, mal vistos y hasta castigados. Por otra parte, y con el mismo resultado la manipulación de la individualidad de la persona se da por medios conductistas, no hay mas que ver como utilizan con los niños la hipnopedia o como utilizan las tabletas de soma. Es una sociedad moderna tanto tecnológicamente como culturalmente, sin noción alguna de sociedades y culturas pasadas y manteniendo así la sociedad bajo control con las normas que ellos han establecido. Hasta aquí me suena y resuena tanto, esta manipulación latente, esta manipulación encubierta, esta manipulación que dejamos que este gran monstruo llamado «sociedad democrática, social y de bienestar» nos deje avasallar como seres.
En este magnifico libro hay un parrafo que dice: “- Porque nuestro mundo no es el mundo de Otelo. Actualmente el mundo es estable. La gente es feliz; tiene lo que desea y nunca desea lo que no puede obtener. Está a gusto, a salvo; nunca está enferma; no teme a la muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres y madres que estorben; no hay esposas ni hijos ni amores excesivamente fuertes. Nuestros hombres están condicionados de modo que apenas pueden obrar de otro modo que como deben obrar. Y si algo marcha mal, siempre queda el soma». ¿INCREÍBLE NO?
Los habitantes de la sociedad de los civilizados no reaccionan ante las obras de Shakespeare por el mero hecho que cognitivamente no están preparados para ello, ya que leer Shakespeare implica pensar, imaginar e ir más allá del mensaje explicito en el que ellos están acostumbrados. No tienen identidad propia y la que tienen es fabricada en serie por los interventores para un buen funcionamiento para la sociedad y el entorno que los rodea está empeñado con acabar con todo “lo antiguo” para salvar a la nueva sociedad de cualquier sufrimiento, sensación, pasión, sueños… todo lo que un libro de Shakespeare tiene en su interior. En este aspecto Shakespeare y toda la filosofía son una ventana abierta para las emociones, la reflexión y por lo tanto un peligro para la estabilidad social y la homogeneidad del pensamiento.
He querido poner el ejemplo de este libro porque estoy cansada de ver seres humanos construidos e instruidos en serie, donde se les modifica el pensamiento mediante oleadas de manipulaciones y verborrea comunicativa donde lo único que se salva es el brillo de labios. Estoy cansada de que muchos digan «pobrecitos» a las personas que pierden su casa, su trabajo, su dignidad, desde el sofá de casa con un bol de pipas y una cerveza en mano. Estoy cansada de ver que hay niños que no pueden ir bien alimentados porque sus padres no pueden, pero si que se alimente con toda esta morbosidad las audiencias de programas. Estoy harta que me digan que estamos en una gran democracia ¿porque tenemos mas que?. Estamos inmersos en una dictadura capitalista y hasta que no nos demos cuenta de esto no cambiaremos este mundo, que es maravilloso, pero al que le falta humanidad.
«La humanidad empezará verdaderamente a merecer su nombre el día en que haya cesado la explotación del hombre por el hombre» Julio Cortaza.
Comentarios Recientes