Hace un tiempo, en el proceso curativo de mi alma y de mi ser, una gran amiga me explicó un método de sanación Hawaiano, el Ho’oponopono. Para ella fue algo revolucionario y me invito a leer un libro de Mª Carmen Martínez, y así lo hice. De esto hace ya casi un año, y práctico este método casi a diario, para limpiar mis memorias dolorosas, esas memorias enquistadas en mi que no son buenas para mi evolución y curación, así como para que todas las relaciones que tengo vayan lo mejor posible. Al inicio me fue difícil, porque perdonar a quien, según yo, me había echo daño, era muy difícil, pero después de leer los dos libros de Mª Carmen, así como asistir a los cursos y círculos de sanacion de este método, mi visualización sobre los problemas que he tenido durante mi vida, ha cambiado.
Os voy a poner un resumen sobre lo que he encontrado más interesante y esclarecedor sobre este método en los libros de Mª Carmen Martínez Tomás, autora de dos libros sobre Ho’oponopono.
El verdadero propósito del Ho’oponopono según Morrnah Simeona es descubrir la divinidad en nuestro interior. El Ho’oponopono es un don que nos permite desarrollar una relación profunda con la divinidad para aprender a pedir a cada momento que nuestros pensamiento, palabra, hecho o acción sean limpiados.
En palabras de Ihaleakala Hew Lew «Consiste en mirar en nuestro interior dentro de la propia consciencia, allí donde reside la información. Dicha introspección es la que dicta lo que veo y como debo actuar, es necesario trabajar lo que corresponde en relación a los demás, debemos hacernos responsables al cien por cien de nosotros mismos y de las cosas que nos pasan. El único propósito es limpiar la basura que nos intoxica la conciencia, liberarnos de la suciedad para estar más tranquilo, para ser más libres. Nuestro trabajo es mantener limpia la consciencia libre de basura, ya que ha diario entra porquería, y el Ho’oponopono debe ser un trabajo constante».
¿Cómo se hace?
El Ho’oponopono se practica con el corazón y la mente unidos, la mente debe ponerse a un lado para que el corazón haga su trabajo de armonización a través de la manifestación consciente y amorosa de las cuatro palabras sanadoras. Estas expresiones van dirigidas a nuestra propia divinidad (Alma, Presencia divina o Yo superior) y que ella limpie los recuerdos y memorias que ha creado la realidad dolorosa que estamos experimentando en este momento.
Pedimos a la propia divinidad que perdone nuestros errores, con ejemplos de distintas frases pero con un impacto igual para nuestro ser:
««Pido perdón por la parte de mi que ha creado el conflicto, y pido perdón por mis pensamientos erróneos que no me permiten ver la perfección en todo. Lo siento, perdóname, te amo, gracias «».
«»Divina presencia, no se cuándo me he creado este problema, pero me hago responsable ahora, pido perdón y me perdono desde la raíz y para siempre por la parte de mi que lo ha creado. Lo siento, perdóname, te amo, gracias»».
«»Divina presencia, sana aquí y ahora la totalidad, desde la raíz y para siempre, de la parte de mí que ha originado este conflicto. Lo siento, perdóname, te amo, gracias«».
Cuando a pesar de hacer lo dicho anteriormente, los resultados tardan en manifestarse, puede que la raíz del problema se encuentre en nuestros ancestros o en nuestro árbol genealógico, en relación con memorias de historias pasadas pertenecientes a nuestro linaje. Aquí lo importante es limpiar a nuestros ancestros con una oración que nos dejo Monrrah Simeona:
«»Divino creador, padre, madre, hijo, todos en uno.
Si yo, mi familia, mis parientes y antepasados
ofendieron a tu familia, parientes y antepasados
en pensamiento, palabras, hechos y acciones
desde el inicio de nuestra creación hasta el momento presente,
nosotros pedimos tu perdón.
Divina presencia, permite ahora que estas memorias
se limpien, se purifiquen y se liberen.
Transmuta todas estas energías en pura luz y así es»».
Las cuatro palabras sanadoras tienen un significado profundo:
«Lo siento»: reconoces tu participación, lamentando la situación creada y el sufrimiento causado.
«Perdóname»: te haces responsable de la parto de ti que ha causado el problema y pides a tu propia divinidad que te perdone.
«Te amo»: estas poniendo de manera consciente energía de amor/sanación donde antes habías puesto energía de miedo/sufrimiento. El amor desbloquea la energía, y esta puede fluir de nuevo, por lo que de esta manera estas aportando energía sanadora que elimina todo sufrimiento.
«Gracias»: estas agradecido porque vivir esta experiencia te muestra que es lo que debes limpiar y expresas gratitud a la divinidad, confiando que todo se ha resuelto de la mejor manera para todos los implicados.
Concluir en la toma de consciencia con la decisión de hacer Ho’oponopono para resolver un problema o conflicto significa que asumimos humildemente nuestra responsabilidad, que estamos arrepentidos y pedimos perdón, que lo hacemos con amor y que estamos agradecidos por la oportunidad de aprendizaje que se nos presenta en la vida para borrar memorias dolorosas y/o destructivas que interfieren en la buena marcha de nuestra existencia y en la armonía de nuestras relaciones.
Ho’oponopono paso a paso
Primero de todo hay que interiorizarse y estar en un sitio tranquilo, de forma relajada,, en silencio y tomarse el tiempo necesario.
Segundo hay que abrir el corazón, y visualizar y sentir el corazón lleno de amor.
Tercero, con las manos en el corazón irradiando amor del que podamos ser capaces de ofrecer, imaginamos en nuestra pantalla mental a la persona con la que queremos practicar Ho’oponopono, diciéndole mentalmente tanto o las cuatro palabras sanadoras o alguna frase dirigida a nuestra divina presencia acompañada después de las cuatro palabras sanadoras. Las palabras sanadoras deben interiorizarse como un mantra, y decirlas hasta que notamos algún cambio en positivo en relación con esta persona o situación. Si no es así, se repite tantas veces como haga falta durante tanto tiempo como haga falta, hasta que notemos que han cambiado nuestros sentimientos hacia esa persona/situación. Esta práctica es la mejor manera de poder deshacernos de esas emociones negativas y enquistadas que tenemos en nuestros interior, las cuales no nos dejan liberarnos y fluir positivamente en la vida.
Es probable que mientras estamos en plena práctica de Ho’oponopono repitiendo las palabras sanadoras, notamos que dentro de nuestro interior debemos hacer algo como ponernos en contacto con esa persona, pedir disculpas o tomar otra acción, incluso puede ser que nos venga a la mente otra persona u otra situación que no tiene nada que ver con la persona/situación con la que estamos en esos instantes realizando Ho’oponopono. Es por eso, que es importante estar relajado y meditativo cuando realizamos esta práctica, para así poder comunicarnos con más facilidad con la propia divinidad. De todas formas, cuando estamos en esta práctica y nos vienen a la mente personas/situaciones distintas con la que estamos sanando, significa que nos aparecen por algo, y es porque ellas también necesitan ser limpiadas y sanadas, con lo cual es importante tomar notas de ellas y sanarlas cuanto antes.
El Ho’oponopono debe practicarse sin ninguna expectativa, lo que ha de ser limpiado esta más allá de nuestra comprensión consciente. Según los antiguos ahumas las memorias dolorosas se encuentran almacenadas en la mente subconsciente, el cual es un vasto lugar de nuestro cerebro emocional al que no tenemos acceso con nuestra mente lógica y racional.
Nuestra mente subconsciente contiene el archivo de todos los recuerdos de todas las experiencias prenatales y postanales hasta la edad en que alcanzamos el uso de razón, sin contar las memorias que compartimos con los demás. Según esta filosofía, cuando tenemos problemas con otras personas es porque tenemos memorias comunes que al limpiarlas en nosotros ellas también se sanan.
Por lo tanto, cuando hacemos Ho’oponopono hemos de abandonar completamente las expectativas en relación a los resultados, ya que es probable que las cosas pueden ir peor de lo que estaban o que se resuelvan de manera inesperada.
Sí os ha interesado el tema os invito a que os leáis los libros de Mª Carmen, o cualquier otro libro sobre este método que podréis encontrar en grandes librerías.
Aloha.
«Cuando nada esperas, todo llega»
Muy bueno, creo que encontrar la divinidad dentro de nosotros es lo importante.Bendiciones.
Un abrazo myriam. Aloha