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La adolescencia es por definición una etapa conflictiva, así lo exponen cientos de grandes eruditos del estudio de esta etapa evolutiva, y yo me pregunto ¿porque?. Es tan fácil extrapolar un estudio de los llamados empíricos y con la firma de autores reconocidos a toda la sociedad adolescente, es tan fácil aplicar la categoría de conflictivos, maleducados, porreros, alcohólicos, etc…. En mi trabajo me encuentro delante de chicos y chicas que sufren porque su vida entera cambia: su cuerpo, su manera de afrontar el día a día, las relaciones con sus padres porque dejan de ser niños, rol del cuál muchos de ellos no quieren dejarlo siendo un duelo bastante duro. A todo ellos se le debe de sumar el nuevo reto como es el cambio del colegio al instituto y lo que todo eso conlleva, nuevos amigos, nuevos profesores, nuevas expectativas de los padres etc….. Yo asemejo el cambio del adolescente a un nuevo nacer y ese nacimiento es duro, doloroso, frustrante, da miedo y terror, porque nace su nueva identidad, la cual muchas veces no es aceptada por sus propios padres, ya que estaban acostumbrados a tener delante de ellos un niñ@ que obedecía y ahora tienen delante un chic@ con sus propias ideas y a veces discordantes con las de sus progenitores, y por eso simplemente «son conflictivos».

Durante los años que dura esta etapa evolutiva la mayoría de chicos y chicas viven un tiempo de inseguridad, miedo, confusión, son impulsivos y tienen poca o ninguna tolerancia a la frustración, por lo cual las tensiones surgen con facilidad, pero no por ello estamos delante de un adolescente con problemas de conducta, ya que un hijo adolescente no tiene por qué ser sinónimo de hijo conflictivo y rebelde. Es importante que los padres que se vean superados por la situación que viven con su hij@ adolescente, ya que como padres también tenemos nuestras inseguridades y debilidades, busquen ayuda cuando les resulta muy complicado y necesiten ayuda para seguir adelante, y así se podrá evitar caer en el craso error de centrarse demasiado en la «conducta» y olvidar el «plano afectivo», el cual a mi parecer es uno de los más importante en que nos tenemos y debemos de centrar cuando tenemos un adolescente.


Hemos de tener presente que los adolescentes están buscando «su lugar en el mundo», están construyendo su identidad y su personalidad, siendo en el transcurso de esta magna construcción personal donde buena parte de ellos ponen en duda a sí todo lo que defienden los adultos que están a su alrededor, y que ellos admitían en otra etapa evolutiva. Bajo mi punto de vista todo esto es normal e incluso sano, es el proceso de transición lógico hacia la madurez, cuando la adolescencia pasa, todo se tranquiliza, por lo que estaremos delante de un chic@ mucho más razonable y maduro. Pienso que es importante que por parte de los padres se requiera buena dosis de amor, de paciencia, de tiempo, y como no, de fijar unas normas de convivencia convenientes para todos.

En algunos casos, la inseguridad, el mal humor, el miedo y la rebeldía hacen que la vida junto a ellos sea difícil y estos factores puede incurrir a que se conviertan en un problema grave. El adolescente pude dejar de tener un comportamiento denominado «normal», pudiendo decantarse por conductas peligrosas o delictivas, que siempre son terribles tanto para él como para su familia o para quienes le rodean. Hay una serie de comportamientos o conductas llamadas «conflictivas»:

-Actitud desafiante ante la autoridad, tanto de los padres como de los maestros o de otros adultos con los que se relacionan
-Huidas del hogar
-Aislamiento social
-Elección de amigos poco convenientes
-Tolerancia hacia el delito
-Agresividad hacia los demás
-Conductas violentas
-Acoso escolar o bullying
-Consumo de drogas
-Consumo de alcohol
-Trastornos de la alimentación
-Practicas sexuales de riesgo
-Fracaso escolar
-Automutilaciones como cortes o quemaduras

Los padres deben estar atentos por si sus hij@s pudieran presentar alguno de estos comportamientos, ya que si es así, estamos delante de un adolescente que necesita ayuda. Cuando los padres se enfrentan a alguna de estas situaciones suelen sentirse asustados y desalentados, no saben qué hacer ni dónde acudir. Son conscientes de que se trata de algo muy grave y muchos de ellos se sienten sobrepasados, pero deben saber que existen soluciones y ayuda, y que delante de estos problemas no se encontraran solos. Personalmente pienso que es primordial que las soluciones se tomen cuanto antes, ya que es fundamental que tanto la dinámica familiar como la vida del adolescente no se deteriore hasta límites irrecuperables.

Dedico este post a todos los que pasamos y pasarán  por esta magnífica etapa evolutiva.

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