Hoy en día estamos tan saturados, vivimos a un ritmo tan estrepitosamente rápido, que tenemos la sensación de que no nos queda tiempo para nuestros hijos, y mucho menos para leerles un cuento antes de dormir.
Desde los primeros años el niño ha de tener un instrumento que ayude a su fantasía, a reforzar su capacidad de imaginación y simbolización. Este instrumento es el cuento.
Contar un cuento es una tarea apasionante, motivadora y gratificante, no sólo para quien lo escucha sino también para quien lo cuenta. La conexión que se establece entre la persona que cuenta un cuento y del niño/a que lo escucha tiene algo de magia. Los beneficios también son importantes ya que contando un cuento les estamos estimulando la imaginación y a la creatividad; les ayudamos a ampliar el lenguaje, al desarrollo de la memoria, de la capacidad de concentración y aprenderá a escuchar con atención. Todo ello ayudará al niño/a a mejorar su comprensión lectora.
Un cuento nos ayudará a potenciar el dialogo entre padres e hijos, y se consigue un clima relajado y armonioso estaremos dando a lugar a la creación de unos lazos afectivos y cálidos más fuertes entre ambos.
Este puede ser el beneficio más bonito que tengáis que vuestros hijos os traigan un día un cuento inventado por ellos.
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